¿Conocéis a mi andaluza?
¿Conocéis a mi Andaluza?
Más bella que los más bellos días,
Loca amante, más loca esposa,
En sus amores, toda celosa,
¡Toda lasciva en sus amores!
¡Verdadero Dios! de esto que tengo en el alma
Como si tuviese el infierno sobre mis pasos
Porque una palabra de amor de mi dama
Ha sólo avivado esta llama,
¡Mi alma no se quejará!
Mi bella amante es bella,
¡Cuando se mira en mis ojos!
La estrella no brilla tanto como ella,
¡Y cuando su dulce voz me llama,
Creo que me llaman desde los Cielos!
Su fino y flexible tamaño
Ondula en tierno movimiento,
Y en ocasiones tan maravillosa mina,
Su cabeza que me fascina
¡Brilla como un diamante!
La bella criatura
Desata las corrientes ondulantes
De una bien negra cabellera
Que la cubrimos, les juro,
¡De besos todos impacientes!
Su ojo bajo su párpado
Lanza un voluptuoso rayo,
Que hace hervir en mi arteria
Todo aquello que Venus de Citera
¡En su seno aviva de fuego!
Sobre sus labios de rosa
La sonrisa de noche, de día
Brilla como una flor que nace
¡Y cuando sobre mi corazón se posa
Lo hace palpitar de amor!
Cuando ella me da
Su blanca mano para que la bese,
Que el Cielo se desancadene y truene,
Que me importa, Dios me perdone,
¡Él no puede así besarme!
Su boca bienamada
Se deja caer como una flor
Dulce aliento perfumado,
Y que su balsámico aliento
¡Le devolvería a las rosas su color!
Su profundo pensamiento
Viene a pintarse en su bella apariencia,
Y es que su alma es acariciada,
Como la dulce novia
¡Cuando el amante llega bien tarde en la noche!
¡Viva entonces el amor, los cantos, la embriaguez!
¡Es necesario disfrutar de la belleza!
¡Amiga! ¡oh te acaricio!
¡Que te dejo, oh mi señora,
Palpitante de placer!
¡Oh! ¡ven! ven toda vibrante,
Que importa que haga falta morir,
Si te veo expirando
Bajo mis besos, mi bella amante.
¡Si morimos de placer!