Las extraordinarias historias de un novelista - Ariel Pérez
Confieso que, años atrás, el primer cuento de Edgard Allan Poe que tuve la oportunidad de leer, me produjo varias sensaciones. El relato en cuestión se llamaba El corazón delator. Su extensión era muy corta y su historia era sencilla, pero por ninguna causa su lectura dejaba de ser verdaderamente impactante. Se narraba la historia de un hombre que tenía una obsesión: no le gustaba el ojo de su vecino, le provocaba terror; así que decide matarlo. Luego de consumado el hecho, el asesino entierra al viejo bajo las tablas del piso de la casa. Comienza entonces la soledad que sigue al crimen, el descubrimiento gradual que hace el asesino de su separación del resto de los hombres. La culpa hace que el criminal tenga alucinaciones auditivas, y a cada momento siente latir el corazón del anciano, ve su ojo. El crimen ha rebotado contra su autor y lo ha aniquilado completamente. Mientras, el asesino termina por confesarlo todo a los agentes de la policía. ¡Qué ritmo de palabras despliega Poe en las pocas líneas que relata! La sicología del asesino viene a dejarnos una huella inolvidable de sus sentimientos propios.
Es precisamente este afamado norteamericano, la principal fuente de inspiración del escritor francés Jules Verne. El poeta francés Charles Baudelaire traduce en 1848 las obras del novelista y aparecen en Francia, entre los años 1856 y 1857 una colección de relatos bajo el título de Historias extraordinarias. Verne lee incansablemente estos relatos y su identificación inmediata con la obra del norteamericano, le hace descubrir todo ese sistema narrativo del escritor, su capacidad de crear universos utópicos e imaginarios, de relatar sus extrañas inspiraciones, de abordar los disímiles y complejos temas de la sicología humana, de poner toda su imaginación a disposición de la ciencia. En lo adelante Verne estaría marcado para siempre por el estilo de Poe.
Es notable el hecho de que haya sido el propio Verne quien le diera continuidad a la novela aparentemente inconclusa Aventuras de Arthur Gordon Pym. Después de varios años, Verne decidió explicar muchas de las incógnitas dejadas por aquella impresionante historia de Poe, y escribe La esfinge de los hielos. Por otra parte, fue indudablemente, el cuento del autor norteamericano Tres domingos por semana, el punto de partida para que Verne creara uno de sus grandes Viajes Extraordinarios, el cual luego titularía La vuelta al mundo en ochenta días.
Inspirado en la figura del norteamericano, Verne publica en abril del año 1864, en la revista francesa Musée des familles un artículo dividido en cuatro capítulos, que tituló Edgar Poe y sus obras. El texto estaba acompañado de seis imágenes, dos de las cuales habían sido hechas por el artista F. Lix, y las restantes cuatro, fueron diseñadas por Yan 'Dargent. La primera edición en forma de libro y la cual puede ser considerada, por tanto, como la versión original fue publicada por Ediciones Rencontre en Lausana, Suiza, en el año 1971, en un volumen donde además fue editada la novela La esfinge de los hielos.
Para toda la comunidad hispana que aún no ha tenido la oportunidad de leer este artículo, donde Verne evalúa en detalles algunas de las obras más importantes de Poe, va dirigido este texto. Quiero agradecer muy especialmente a Christian Sánchez, por sus consejos y la ayuda prestada en la corrección del texto.
Estamos convencidos de que el lector, luego de leer el texto, se llevará una idea bastante cercana de quién era este gran hombre de letras nacido en los Estados Unidos de América. Verne expresa y se nota continuamente a través de todo el artículo su admiración y respeto hacia sus obras.
Dejemos pues, sin más preámbulos que sea el propio Verne, su admirador número uno, el que nos hable con detalles de Edgar Poe y sus obras.